Cartel sobre el 3 de Marzo. (sobre la esquela de los muertos, sangre, y en ella escrito ¡asesinos!) |
Documental
secuestrado por TVE aún en 2015
Los
sucesos del 3 de marzo de 1976 siguen muy vivos en la memoria de
Vitoria. Aquel día, la Policía desalojó por la fuerza a los
trabajadores que celebraban una asamblea en la Iglesia de San
Francisco. El desalojo se saldó con cinco muertos por heridas de
bala disparadas por los agentes y cientos de heridos, también de
bala. Ese episodio sangriento de la historia vitoriana quedó
plasmado en el documental Vitoria: marzo 1976. Un documental grabado,
montado y distribuido en la España post-franquista por el Colectivo
de Cine de Madrid (CCM), que en aquellas fechas se desplazó a la
capital alavesa para filmar de manera clandestina.
Adolfo
Garijo, uno de los cineastas integrantes de CCM, ha rememorado casi
40 años después de aquella tragedia cómo fue la grabación.
Invitado por la Asociación Víctimas 3 de Marzo, Garijo reflexionó
sobre la importancia del cine y la fotografía en la activación
social. "Una mezcla de pasión, inconsciencia y militancia
nos llevó a filmar el 3 de Marzo", asegura el cineasta,
acostumbrado hasta ese momento a grabar protestas y huelgas obreras
en Madrid.
El
documental de Garijo ha permitido mantener vivo durante todos estos
años la denuncia de lo que pasó en Vitoria. Con apenas 22 años, se
acercó a la capital alavesa desde Madrid con otros dos compañeros.
Era el día después del 3 de marzo. "En un día agotador,
caída ya la tarde tras la impresionante manifestación que fue el
entierro, la gente de Comisiones nos llevó al escenario donde habían
ocurrido los hechos. En las paredes se veían los impactos de bala y
aún quedaba sangre en el suelo donde alguien había sido abatido".
"Borrachos
de multitud como nunca lo habíamos estado en esa contradictoria y
reprimida España pos-franquista, habíamos rodado por primera vez
sin interferencias policiales porque la policía, la uniformada, no
estaba en la calle. Se había ordenado que permanecieran en los
cuarteles para no provocar una nueva masacre", recuerda
Garijo en algunos pasajes del libro que escribió sobre sus
experiencias fílmicas. Pero acabado el entierro, también terminó
la tregua. "Los grises hicieron de nuevo su aparición en la
calle".
A
pesar del riesgo, Garijo y su equipo insistieron en realizar una
última entrevista a familiares de las víctimas. Esa entrevista
jamás se le olvidará. "De un golpe, se nos pasó la alegría
de ver a una ciudad entera en la calle manifestándose contra la
dictadura". El enlace de Comisiones les acercó hasta un
piso de protección oficial donde les esperaban un hombre de 50 años,
su mujer y una hija. "La policía había matado a su hijo. La
euforia de vernos entre una multitud que gritaba contra la dictadura
había dado paso al tremendo drama humano de una familia ante la
muerte".
"El
padre", prosigue Garijo, "que quería ser
entrevistado y hablar de la injusticia de la muerte de su hijo sufrió
una rotura en sus entrañas y comenzó a llorar. Solo se oían
sollozos o lágrimas silenciosas. Nadie hablaba. La cámara rodaba y
rodaba y el pobre hombre lloraba y lloraba, con unas lágrimas como
cataratas de agua o trozos desgajados de sufrimiento que salían a
borbotones de sus órbitas". Quería hablar, pero el llanto
se lo impedía. "Regresamos a Madrid en un silencio espeso
que nos había amargado el baño multitudinario antifranquismo".
Uno
de los socios de Garijo vendió posteriormente los derechos de la
mayor parte del documental a TVE, que lo ha encerrado en un cajón y
del que nadie ha sabido nada. "He pleiteado por esos
derechos, pero el juez no me ha dado la razón. El documental
completo es patrimonio de todos los ciudadanos que aparecen en esas
imágenes, de la ciudad de Vitoria", clama Garijo.
Koldo
Larrañaga también es autor de muchas de las fotografías que han
acompañado la denuncia de lo ocurrido el 3 de Marzo. Este sacerdote,
fotógrafo y cineasta amateur grabó las imágenes de la montaña de
casquillos y balas disparadas por la policía y recogidas en la
Iglesia de San Francisco. "Unas imágenes que
'misteriosamente' han desaparecido", se lamenta Larrañaga.
Tomado
de:
http://movimientopoliticoderesistencia.blogspot.com.es/2015/01/la-masacre-de-1976-en-vitoria.html
Asociación
3 de Marzo 1976 Vitoria-Gasteiz:
Cartel. "Libertad a los presos políticos". |
Opinión:
AMNISTÍA,
Carta abierta a Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero
El
día 10 de Enero, como ya sabréis, miles de ciudadanos nos
reuniremos en Bilbao para exigir que se respeten los derechos humanos
de los presos políticos vascos. La conculcación sistemática y
metódica de los derechos de nuestros presos ― no olvido a los
presos políticos del GRAPO ―, conculcación negada y silenciada,
también metódica y sistemáticamente, tanto por los medios de
comunicación como por los políticos de la casta, la conocéis
sobradamente. Aunque nunca os he oído hablar y denunciar ese
quebrantamiento sistemático y metódico de los derechos humanos ―
incluso de sus propias leyes represivas ―, supongo que lo habréis
hecho en más de una ocasión. Esa es la razón por la que me atrevo
a animaros a que vengáis el día 10 a Bilbao.
Me
gustaría aclarar, sin embargo, que esa reivindicación humanista y
humanitaria no es sino el primer paso de un camino que acaba en la
AMNISTIA. Y esa aclaración no os la hago a vosotros, que no la
necesitáis, sino a muchos de nuestros políticos que parecen
considerar tal reivindicación como algo utópico y fuera de lugar.
Me quiero apoyar en vuestra presente autoridad moral y en vuestro
futuro poder político para que esos timoratos puedan entender que la
amnistía tanto de los presos y exiliados políticos vascos como los
del GRAPO es la condición imprescindible no sólo para alcanzar una
verdadera paz sino para construir un nuevo tipo de Estado. Con
vuestra ayuda explicaré a esos olvidadizos políticos vascos el
doble fundamento, histórico y legal, de la amnistía.
El fundamento histórico de la amnistía nos lleva, como en más de una ocasión lo habéis recordado vosotros, al comienzo de la insurrección fascista contra el legítimo gobierno de la República. ETA y GRAPO, como antes lo fueron los maquis, no han sido sino los últimos brotes de resistencia contra una paz impuesta por los vencedores, primero por el dictador Franco y después por sus sucesores monárquicos. Tanto la paz del dictador como la de los Borbones es la paz de los vencedores, la paz de los facciosos. Ha llegado la hora, la que vosotros anunciáis, del armisticio; la hora de la paz de los perdedores. Un armisticio que abra la puerta a un nuevo tipo de Estado. No os tengo que explicar que la primera cláusula de ese armisticio ha de ser la amnistía de los militantes revolucionarios de ETA y del GRAPO (y, por supuesto, de los que sin serlo han sido acusados y condenados como tales).
Y no os lo tengo que explicar porque vosotros conocéis muy bien la ideología y la estrategia antiterrorista. También nosotros, por sufrirlas en nuestras carnes, las conocemos de primera mano. Por desgracia, los políticos de la casta están totalmente corrompidos por esa ideología y están conjurados, con el voto de silencio, a aceptar sin condiciones y sin rechistar cualquier atropello que se cometa bajo la bandera de la lucha contra el terrorismo.
El caso paradigmático es el pueblo palestino. Un pueblo masacrado y expulsado de su tierra, que es convertido, gracias a la estrategia antiterrorista, en un pueblo criminal y asesino. Y esa es precisamente la característica y el objetivo central de esa estrategia: convertir a los defensores del pueblo en criminales y asesinos, bestias humanas que no pueden exigir ningún tipo de derecho y a los agresores en defensores de la libertad y la democracia. Si los sionistas son los autores intelectuales de tal ideología y los que con más decisión y falta de escrúpulos la ponen en práctica, son los Estados Unidos, secundados por el occidente de pasado colonialista, la que la extienden y ejecutan a lo largo y ancho de todo el mundo.
La estrategia antiterrorista se basa en la identificación de la violencia de las luchas de los pueblos oprimidos con una doble violencia, la de los nazis (reductio ad Hitlerum, en la que son expertos los sionistas) y la de las mafias (aquí los expertos son los yanquis). Ese deslizamiento metonímico, que está en la base de toda estrategia antiterrorista, es una proyección que revela la doble raíz oculta de la democracia neoliberal: la mafia de los banqueros y el núcleo fascista. La consecuencia de este deslizamiento es doble: primero, se niega que haya una injusticia o problema de opresión; segundo, se rechaza toda posibilidad de negociación ―es decir, de solución de la injusticia que provoca la violencia popular ― y sólo se admite la vía de la represión y el exterminio: ¡con los nazis y la mafia no se negocia! (¡Falso! El capitalismo financiero sí negocia con los nazis y las mafias, y pingues beneficios saca de esas negociaciones). Estaréis de acuerdo conmigo que ni ETA ni GRAPO son organizaciones mafiosas ni nazis ― todo lo contrario, son luchadores antifascistas y anticapitalistas ―, y que su violencia, por muy rechazable y condenable que sea, de ninguna manera es una violencia mafiosa ni nazi sino que es una violencia que surge para responder a la opresión política neofascista y a la explotación mafiosa del pueblo.
[La estrategia antiterrorista legitima no sólo la muerte y el asesinato de los considerados como terroristas sino la masacre y matanza indiscriminada de civiles. Provoca la indefensión legal de todo ciudadano y legitima la tortura en todos sus grados hasta el exterminio físico. La estrategia antiterrorista es una estrategia criminal, diseñada para acabar con con todo aquel enemigo, interior o exterior, que se oponga al dominio del capital financiero occidental y a los grandes Estados que lo defienden. Estados controlados y dirigidos por omnipotentes servicios de inteligencia que no sólo controlan todos nuestros movimientos y gestos sino, y esto no hay que olvidarlo, son los centros que elaboran la ideología dominante de estos Estados. Estrategia criminal que necesita para perpetuarse el eterno retorno de la guerra y de la represión, el eterno retorno de la crisis y y el eterno retorno del espectáculo.]
Si se quiere recuperar la democracia el primer paso es la abolición de la legislación antiterrorista y la oposición decidida a la estrategia antiterrorista impuesta por los Estados Unidos y el sionismo. La inversión de esa estrategia supone reconocer el carácter político tanto de la lucha de ETA como del GRAPO, el abandono de la tortuosa y denigrante vía del arrepentimiento y la concesión de la completa amnistía para todos sus militantes, y de todos aquellos que sin serlo han sido condenados como tales (por ejemplo, Arnaldo Otegi y Rafa Díez, por nombrar dos conocidos líderes políticos).
Aunque vuestras razones serán, no me cabe duda, más brillantes y profundas que las mías, espero que estéis de acuerdo en que la amnistía es necesaria tanto para construir la paz de los perdedores como para construir un Estado no regido por leyes que condenen y criminalicen la lucha popular. La primera condición mira al pasado y tiene como objetivo cerrar las viejas heridas y superar los antiguos odios. La segunda, por el contrario, mira al futuro, y nos permitirá a los euskaldunes luchar, en igualdad de condiciones, por un Estado independiente y soberano. Me temo que en esa lucha estaremos enfrentados, pero hasta Maltzaga (como decía Telesforo Monzón), es decir, en la lucha por la amnistía, podemos caminar juntos.
Espero veros, por tanto, en Bilbao el día 10. A las cinco de la tarde.
Un abrazo
GALO MARTÍNEZ DE LA PERA "GOIURI"
El fundamento histórico de la amnistía nos lleva, como en más de una ocasión lo habéis recordado vosotros, al comienzo de la insurrección fascista contra el legítimo gobierno de la República. ETA y GRAPO, como antes lo fueron los maquis, no han sido sino los últimos brotes de resistencia contra una paz impuesta por los vencedores, primero por el dictador Franco y después por sus sucesores monárquicos. Tanto la paz del dictador como la de los Borbones es la paz de los vencedores, la paz de los facciosos. Ha llegado la hora, la que vosotros anunciáis, del armisticio; la hora de la paz de los perdedores. Un armisticio que abra la puerta a un nuevo tipo de Estado. No os tengo que explicar que la primera cláusula de ese armisticio ha de ser la amnistía de los militantes revolucionarios de ETA y del GRAPO (y, por supuesto, de los que sin serlo han sido acusados y condenados como tales).
Y no os lo tengo que explicar porque vosotros conocéis muy bien la ideología y la estrategia antiterrorista. También nosotros, por sufrirlas en nuestras carnes, las conocemos de primera mano. Por desgracia, los políticos de la casta están totalmente corrompidos por esa ideología y están conjurados, con el voto de silencio, a aceptar sin condiciones y sin rechistar cualquier atropello que se cometa bajo la bandera de la lucha contra el terrorismo.
El caso paradigmático es el pueblo palestino. Un pueblo masacrado y expulsado de su tierra, que es convertido, gracias a la estrategia antiterrorista, en un pueblo criminal y asesino. Y esa es precisamente la característica y el objetivo central de esa estrategia: convertir a los defensores del pueblo en criminales y asesinos, bestias humanas que no pueden exigir ningún tipo de derecho y a los agresores en defensores de la libertad y la democracia. Si los sionistas son los autores intelectuales de tal ideología y los que con más decisión y falta de escrúpulos la ponen en práctica, son los Estados Unidos, secundados por el occidente de pasado colonialista, la que la extienden y ejecutan a lo largo y ancho de todo el mundo.
La estrategia antiterrorista se basa en la identificación de la violencia de las luchas de los pueblos oprimidos con una doble violencia, la de los nazis (reductio ad Hitlerum, en la que son expertos los sionistas) y la de las mafias (aquí los expertos son los yanquis). Ese deslizamiento metonímico, que está en la base de toda estrategia antiterrorista, es una proyección que revela la doble raíz oculta de la democracia neoliberal: la mafia de los banqueros y el núcleo fascista. La consecuencia de este deslizamiento es doble: primero, se niega que haya una injusticia o problema de opresión; segundo, se rechaza toda posibilidad de negociación ―es decir, de solución de la injusticia que provoca la violencia popular ― y sólo se admite la vía de la represión y el exterminio: ¡con los nazis y la mafia no se negocia! (¡Falso! El capitalismo financiero sí negocia con los nazis y las mafias, y pingues beneficios saca de esas negociaciones). Estaréis de acuerdo conmigo que ni ETA ni GRAPO son organizaciones mafiosas ni nazis ― todo lo contrario, son luchadores antifascistas y anticapitalistas ―, y que su violencia, por muy rechazable y condenable que sea, de ninguna manera es una violencia mafiosa ni nazi sino que es una violencia que surge para responder a la opresión política neofascista y a la explotación mafiosa del pueblo.
[La estrategia antiterrorista legitima no sólo la muerte y el asesinato de los considerados como terroristas sino la masacre y matanza indiscriminada de civiles. Provoca la indefensión legal de todo ciudadano y legitima la tortura en todos sus grados hasta el exterminio físico. La estrategia antiterrorista es una estrategia criminal, diseñada para acabar con con todo aquel enemigo, interior o exterior, que se oponga al dominio del capital financiero occidental y a los grandes Estados que lo defienden. Estados controlados y dirigidos por omnipotentes servicios de inteligencia que no sólo controlan todos nuestros movimientos y gestos sino, y esto no hay que olvidarlo, son los centros que elaboran la ideología dominante de estos Estados. Estrategia criminal que necesita para perpetuarse el eterno retorno de la guerra y de la represión, el eterno retorno de la crisis y y el eterno retorno del espectáculo.]
Si se quiere recuperar la democracia el primer paso es la abolición de la legislación antiterrorista y la oposición decidida a la estrategia antiterrorista impuesta por los Estados Unidos y el sionismo. La inversión de esa estrategia supone reconocer el carácter político tanto de la lucha de ETA como del GRAPO, el abandono de la tortuosa y denigrante vía del arrepentimiento y la concesión de la completa amnistía para todos sus militantes, y de todos aquellos que sin serlo han sido condenados como tales (por ejemplo, Arnaldo Otegi y Rafa Díez, por nombrar dos conocidos líderes políticos).
Aunque vuestras razones serán, no me cabe duda, más brillantes y profundas que las mías, espero que estéis de acuerdo en que la amnistía es necesaria tanto para construir la paz de los perdedores como para construir un Estado no regido por leyes que condenen y criminalicen la lucha popular. La primera condición mira al pasado y tiene como objetivo cerrar las viejas heridas y superar los antiguos odios. La segunda, por el contrario, mira al futuro, y nos permitirá a los euskaldunes luchar, en igualdad de condiciones, por un Estado independiente y soberano. Me temo que en esa lucha estaremos enfrentados, pero hasta Maltzaga (como decía Telesforo Monzón), es decir, en la lucha por la amnistía, podemos caminar juntos.
Espero veros, por tanto, en Bilbao el día 10. A las cinco de la tarde.
Un abrazo
GALO MARTÍNEZ DE LA PERA "GOIURI"
Citas del 10 y 11 de enero. Lenin y Che. |
Aprender
y luchar, luchar y aprender.
Citas
de los días 10 y 11 de enero
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