Ciete
Calcerrada Fornieles, militante del Socorro Rojo Internacional.
Comunista y luchador eterno. 27 años preso
Apuntes biográficos de Ciete Calcerrada
7 veces detenido y torturado,
27 años de prisión, 4 balazos de la policía
Nací el 9
octubre de 1958 en un barrio chabolista en el norte de Madrid. Soy el
tercero de siete hermanos, otros tres más murieron. Toda nuestra
familia dependía entonces del salario de mi padre, barrendero
municipal y albañil.
Muchos miembros de mi familia fueron
comunistas o cenetistas que combatieron en el Ejército republicano.
Cuando cayó Madrid, sufrieron persecuciones, cárceles y exilio. Mi
abuelo materno estuvo en campos de concentración y cárceles
españolas. Uno de mis tíos fue deportado de los campos de
concentración franceses al de exterminio nazi de Mauthausen, del que
logró salir vivo.
A los 16 años comencé a trabajar en lo
que saliera: de botones, como ayudante de un representante o
comercial, de mozo de descarga en los muelles de Atocha, de peón en
la construcción o soldador en el metal.
En el verano de 1977
me organicé en el PCE(r), cuya línea ya conocía tras la detención
y encarcelamiento de un familiar mío por militancia en la OMLE.
Formé parte de una célula de barrio en Palomeras, Vallecas,
integrada por jóvenes trabajadores. También impulsaba otra célula
en Entrevías, de obreros de la construcción, antiguos militantes
del PCE, que me doblaban la edad.
La labor política más
importante que desempeñamos en ese tiempo fue el desenmascarar, por
medio de reuniones y actos clandestinos, las verdaderas intenciones
de la maniobra reformista del régimen franquista. Especialmente
activas fueren las campañas contra el referéndum constitucional y
las elecciones generales. También por la Amnistía y las verdaderas
libertades políticas democráticas o conmemoraciones de la victoria
en las urnas, el 16 de febrero de 1936, del Frente Popular.
Reivindicábamos así el carácter popular de la República, por
oposición a los grupos reformistas que, como hoy, reivindicaban la
república burguesa del 14 de abril de 1931.
Por todo este
trabajo político fui detenido en enero y en marzo de 1979, en
aquellas redactas masivas como represalias tras acciones de los
GRAPO. En una de ellas llegamos a ser detenidas hasta 108 personas,
sólo en Madrid, acusados de militar, simpatizar o colaborar con el
PCE(r) o con otras organizaciones democráticas como el Socorro Rojo,
las Juventudes Antifascistas, la ODEA estudiantil o Pueblo y Cultura.
La
inmensa mayoría de los detenidos eran puestos en libertad sin pasar
por el juez siquiera; otros sí eran encarcelados o procesados por
''desórdenes públicos" o “propaganda ilegal''. De lo que
nadie se libraba era de las salvajes torturas que tenían lugar
durante 10 días en los despachos de la DGS de la Puerta del Sol y
cuyo objetivo no era otro que aterrorizar a todos los detenidos para
que abandonaran la lucha y, sobre todo, se desvincularan del PCE(r).
Así se forjaba la “modélica y pacífica Transición''. Y algunos
de los hombres que la hicieron posible desde aquellas brigadas de
torturadores ocupan hoy importantes puestos en la cúpula policial
“democrática”...
Al estar fichado y con una causa
pendiente, el servicio militar obligatorio lo hice en una compañía
de castigo, en el Goloso, Madrid. Allí todos los oficiales y mandos
militares eran fascistas que se jactaban de haber tomado parte de
algún modo en el proceso y los fusilamientos de los militantes de
ETA y FRAP el 27 de septiembre de 1975. Y todos los soldados forzosos
éramos militantes de la izquierda radical e independentista, aunque
también había algunos fichados por delincuencia común o por
homosexualidad.
Tanto durante la "mili" como después
seguí siendo candidato para la detención en las periódicas redadas
represivas. De un par de ellas me libré. Aunque una de las veces, al
no estar yo en casa, se llevaron a mi hermano Javier como rehén para
que me entregara y de paso asustarle. También por entonces fue
detenido y encarcelado mi hermano Víctor, acusado de colaborar con
los GRAPO. Años después los dos fueron también encarcelados y
cumplieron largas condenas por su militancia en la guerrilla. También
otra hermana nuestra llegó a ser encarcelada por actividades
solidarias de la AFAPP.
Volví a ser detenido hasta tres veces
más entre 1980-83, recibiendo idéntico trato policial, y siendo
liberado sin cargos. En esos años realizaba un trabajo político
legal en las Comisiones de Parados de Vallecas y en la Asociación de
Familiares y Amigos de los Presos Políticos.
Pero a comienzos
de 1984 tuve que pesar a la clandestinidad al no poder ya hacer
ninguna actividad política en la legalidad, incorporándome a los
GRAPO. Participé en diversas campañas político-militares de
aquella etapa: contra intereses franceses, en solidaridad con los
refugiados vascos extraditados, por lo desobediencia civil y el
impago de los impuestos a Hacienda, por el cobro del impuesto
revolucionario o contra la reconversión industrial.
El
5 de septiembre de ése año 1984 fui detenido en La Coruña tras el
asalto a tiros por la policía nacional al piso en el que vivía con
Juan García Rueda, militante sevillano de la guerrilla. Ambos nos
encontrábamos desarmados y detenidos cuando recibimos numerosos
disparos. Él fue ejecutado extrajudicialmente allí mismo. Yo
resulté gravemente herido, recibiendo cuatro balazos. Eran los "años
del plomo" del PSOE: con la guerra sucia de los GAL por un lado
y por otro con las eliminaciones físicas leGALes encubiertas como
"enfrentamientos armados". Así, sólo en los meses
anteriores de ese año 84 fueron también asesinados un militante de
ETA en Cruces y cuatro de los Comandos Autónomos Anticapitalistas,
en Pasaia.
Nuevamente fui torturado: en el piso, en el
quirófano del hospital "Juan Canalejo", en la ambulancia
que me trasladaba hasta Madrid. Y hasta en la celda de “período”
del Hospital Penitenciario de Carabanchel. Todos los días hasta que
terminaron los 10 de incomunicación bajo la ley antiterrorista
entraban en mi celda para interrogarme los torturadores de la Brigada
Operativa de Madrid.
En diciembre de 1984 fui trasladado a la
prisión de Soria, donde estaban agrupados entonces todos los
militantes del PCE(r) y de los GRAPO. Durante casi cinco años pude
tomar parte en todas las actividades políticas y comuneras de
nuestro Colectivo de presos en aquella prisión. Hasta el comienzo de
la dispersión y de la huelga de hambre que iniciamos contra ella en
noviembre de 1989. Continué la huelga hasta que la abandonaros
colectivamente, en marzo de 1991. 435 días. Fui alimentado a la
fuerza en varias ocasiones, tanto en el hospital Gregorio Marañón
en Madrid como en la enfermería de la prisión de Badajoz.
También
tomé parte en todas las duras huelgas de hambre de nuestro colectivo
durante esos años, en los que pasé también por las prisiones de
Meco, Badajoz, Córdoba y Ocaña I. Fui excarcelado en enero de
2001.
Volví a ser detenido, torturado y encarcelado dieciocho
meses después, en julio de 2002, cuando desarrollaba un trabajo
político y de solidaridad con los presos políticos a través del
Socorro Rojo Internacional. Fui condenado a 11 años de cárcel en el
juicio-farsa que sentenció que "todo es GRAPO". Pasé
cerca de 4 años en la prisión de Soto del Real y desde entonces
estoy en la cárcel de Córdoba.
Leoncio Calcerrada
Fornieles
C.P. Córdoba a.c. 479
14007 Córdoba
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