COPEL
y APRE
C.O.P.E.L.
y A.P.R.E, siglas, nombres, signos que marcan acontecimientos
importantes de la historia de las luchas contra las cárceles del
Estado español. Y también símbolos, ejemplos de cómo aquellos que
cumplen en el sistema social la función de chivos expiatorios,
representando el mal, el fracaso, la estupidez, pueden demostrar por
el contrario un máximo de dignidad, de coraje y de lúcida
inteligencia, organizándose de las formas más libertarias, basadas
en el diálogo, el respeto mútuo, la lealtad y la solidaridad,
contra una situación que pretende negar su libertad en un grado casi
absoluto.
Las
primeras, que significan Coordinadora de Presos En Lucha, sirvieron
de firma a una propuesta que incluía un análisis lúcido y
exhaustivo del sistema penal contra el que iba dirigida, unos
objetivos concretados en unas reivindicaciones y unas tácticas para
plantearlas. Esa propuesta fue recogida por miles de presos en todas
las cárceles, del Estado, los cuales, del 76 al 79, se subieron a
los tejados de las cárceles, hicieron arder o destrozaron muchas de
ellas, rompieron juicios, se autolesionaron, se pusieron en huelga de
hambre, intentaron la fuga de mil maneras lográndola muchas veces…
su lucha era por la libertad, alcanzada directamente o a través de
una amnistía arrancada al Estado. Sólo los que se fugaron la
consiguieron, pero su acción condicionó toda la política criminal
del Estado y la actual estructura del sistema penitenciario, con la
LOGP, principal arma jurídica gubernamental en esa lucha, así como
su artículo 10, todavía en vigor.
Las
segundas, que significan Asociación de Presos en Régimen Especial,
sirvieron de expresión, ya en los años 89-91, a las luchas de los
presos más rebeldes, iniciadas desde los primeros 80, a pesar de
que, gracias a la estrategia estatal de bifurcación adoptada en la
citada ley (los sumisos atrapados por los grados, los permisos y la
quimera de la reinserción, los rebeldes en régimen de máxima
crueldad), se encontraban reducidos a una cárcel dentro de la
cárcel, en los talegos de alta seguridad construidos especialmente
para ellos. Pero aún se atrevían a intentar la fuga apoderándose
por las bravas de las cárceles y de los boqueras para usarlos como
rehenes. Si no la lograban, aprovechaban la situación creada para
denunciar su inhumana situación y plantear sus reivindicaciones
COPEL
y APRE. Documentos de la lucha contra la cárcel [folleto]
Aquí ofrecemos algunos testimonios y experiencias (de Daniel Pont, Manuel Martínez, Agustín Moreno, Javier Ávila, Juanjo Garfia, J.C. M. Bertolí, Agustin Carmona, Antonio Baena... ) en esos intentos de lucha, sus análisis, objetivos, tácticas, reivindicaciones, maneras de organizarse, valores… para que sirvan de material de reflexión.
Más
audios sobre la cárcel:
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