Carta
desde prisión:
Arantza
Díaz Villar
“C.P.
Estremera, 30 diciembre 2012
Urte
Berri on!!
Kaixo lagunak!
Pues
visto como va el Correo en las cárceles, esta carta casi va a llegar
al inicio de la primavera. Mañana 31 de diciembre a las doce de la
noche y con la boca llena de uvas, pensaré en todos y todas vosotras
y os desearé un buen 2013, y que venga cargadito con vuestros
mejores deseos.
Pues
hace tiempo que os debía carta, a unxs porque suelen escribirme, y a
otrxs porque lo de coger el boli no sea vuestro fuerte, sé que os
acordáis de mí y me tenéis muy presente. Me lo demostráis de mil
diferentes formas, mila esker.
Os
cuento cómo me va la vida por mi nuevo “hotel”. Pues cuando
llevo 2 meses por aquí puedo decir que estoy bastante bien, aunque
ciertamente estaría mejor charlando con vosotrxs por ahí, pero
bueno, no me quejo ja. Yo soy de las que piensa que hay compas en
mucho peores situaciones, así que enseguida me adapto. Mi nuevo
“hotelito” tiene cosas que no está mal, como por ejemplo que los
txabolos tienen ducha y que están en bastante buenas condiciones, lo
cual teniendo en cuenta que me paso en él alrededor de 18 horas y
media, pues es de agradecer (por decirlo de alguna forma).
Pero
como en la gran mayoría de las cárceles, las ventanas no cierran
herméticamente, con lo cual en días de frío como hoy, la aireación
es considerable, y eso aunque haya calefacción. Lo peor es cuando a
las tardes bajan la calefacción de los txabolos, pues la mayoría de
mujeres están abajo y en el txabolo solo quedan las castigadas y la
que escribe. Pero una ya ha aprendido a forrarse de ropa y encima
siendo de Siberia-Gasteiz ¿quién dijo frío? Jaja.
La
comida. Bueno solo diré que... se deja comer. Menos mal que yo no
soy nada milindris comiendo, pues hay que reconocer que tampoco es
para tirar cohetes. Esto ya lo sabía antes de que me trajeran para
acá, en Brieva la comida es muy buena y más de una vez comentábamos
que en otras cárceles quisiseran pillar lo que nos daban. Pero no me
quejo, son 6 años los que estuve por allí, así que me quiten lo
bailao. Y lo dicho, aquí se puede comer, así que con mi buen saque
pues tampoco es que me vaya a quedar en los hueso ¡para nada!.
Lo
que es un puñetero desastre son otras cuestiones como por ejemplo la
cuestión médica. Aquí no se pasa consulta todas las semanas, y
cuando la va a pasar, de repente dicen el día anterior por altavoz:
“La que quiera apuntarse al médico que pase por garita”. Esto
así dicho no parece que tenga ningún inconveniente, pero resulta
que solo apuntan a las 20 primeras, con lo cual es todo un
espectáculo ver a la gente correr para tratar de llegar a ser la
“afortunada” a la que verá el médico al día siguiente. La
primera vez que vi semejante circo (al poco de llegar) estábamos
comiendo y me quedé... impactada, mujeres corriendo dejando la
bandeja de comida abandonada y juro que solo faltó que alguna
saltase por encima de nuestras cabezas. Parece que no se les ocurre
mejor fórmula para hacer las citas, eso por un lado pues por otro
lado debe haber un problema serio de falta de personal médico pues
parece que las condiciones no deben ser de lo más idóneas. En fin
lo dicho, un auténtico desastre.
Yo
he conseguido ver a la médica y menos mal pues me vine de Brieva sin
poder saber qué decía el traumatólogo a la resonancia que me
hicieron en septiembre en Ávila. El inútil matasanos de Brieva me
comentó que la resonancia “estaba bien”, que no había nada
nuevo y que el menisco estaba bien. Pero pedí copia del informe la
última semana que estuve allí, y leyéndolo llego a dos
conclusiones:
-el
médico de Brieva no es traumatólogo, y me dijo aquello para sacarme
de allí sin retrasar el traslado (ya sabía que me iban a trasladar)
-en
el informe no se dice que todo esté perfectamente. Con lo cual, pues
he tenido que pedir cita aquí para el traumatólogo.
Y
ya veremos cuándo me sacan, pues viendo como está la sanidad
madrileña la cosa apunta a que va para largo. Así que de momento
pues trato de cuidarme lo mejor que puedo la rodilla y de no
machacarla demasiado, pero claro correr en cemento en un patio que es
más bien pequeño, tampoco es que ayude demasiado.
Más
cosicas de por aquí.
La
burocracia aquí es lenta hasta hartarse. Os pongo un simple ejemplo.
El día 13 eché una instancia para que entregasen a la persona que
venga de visita un paquete que tienen retenido con cosas que no me
dejan tener aquí (espejo, palillos chinos...), y todavía no me han
contestado. Todo es extremadamente lento y se tiene la sensación que
olvidan que aquí hay personas viviendo. Y si hablamos del ritmo
caribeño que llevan la asistencia social y el educador... Sin
comentarios, otro día os cuento esa historia que por hoy ya es
demasiado.
Pero
lo que peor llevo con diferencia y es lo que más me está costando
digerir es el trato con lxs funcionarixs. Bueno, más que el trato es
el abuso de poder que ejerce en concreto un turno. No, no conmigo,
por lo menos hasta ahora, pero cada vez que están te enteras que han
cacheado a alguien utilizando la humillación y el abuso (desnudan a
las mujeres, las golpean, se ríen de ellas). Y nadie les denuncia,
¿miedo? ¿indefensión? Y qué queréis que os diga, una no lleva
bien estas cosas, jamás me acostumbraré que unas uniformadas se
crean por encima del bien y del mal, con “derechos” sobre las
personas que se encuentran aquí encerradas. Es cierto que no son
todxs igual, pero la cuestión es que sí he visto una diferencia con
Brieva en esto, aquí hablan a la gente peor y no les imposta coger
el micrófono y decir: “Se callen de una puta vez”. A mí no me
parece que sean formas, se supone que precisamente debieran no sé si
tener especial atención a esas cuestiones o sencillamente
comportarse correctamente y sin faltar ni hablar mal. No sé, supongo
que todavía estoy “adaptándome”, y encima a veces me digo a mí
misma que estoy aquí precisamente porque no me gusta el mundo en que
vivimos y al fin y al cabo lxs funcionarixs son parte de ese sistema
corrupto, decrépito y explotador. Trataré de digerir lo mejor que
pueda esas situaciones de abuso que se dan, pero sin duda es lo más
duro que me ha tocado por ahora en esta cárcel.
Uyyy,
acabo de ver la hora, me tengo que despedir. Pero tranquis pues como
quiero seguir contándoos más cositas pues en la próxima prosigo.
De
momento ahí os van un montón de besos y atxutxones. ¡Se os quiere!
Por un 2013 rojo y revolucionario
Arantza
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*El
15 de febrero de 2013 ingresó en el módulo de Arantza una presa
política vasca, para hacer un poco menos duro el aislamiento.
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