El Gobierno de Italia declaró ayer miércoles 13 de enero el estado de emergencia en las cárceles del país “ante el exceso de ocupación en los centros penitenciarios”, en los que hacen falta unos 20.000 puestos más para poder dar cabida en condiciones normales a los más de 60.000 presos.
Así lo hizo saber el titular italiano de Justicia, Angelino Alfano, y el presidente del Ejecutivo, Silvio Berlusconi, en una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en el que se aprobó el estado de emergencia, que se mantendrá hasta el 31 de diciembre de 2010, y un nuevo plan para las prisiones del país.
Esa iniciativa prevé obras de ampliación en las cárceles de Italia con las que se construirán nuevos pabellones para elevar la capacidad de las cárceles a 80.000 plazas, así como la disposición del arresto domiciliario para quienes les quede por cumplir sólo un año de condena por un delito no grave.
El plan de cárceles para Italia, promovido por Alfano, contempla además la contratación de 2.000 carceleros.
Sin que se le caería la cara de vergüenza, con toda la caradura del mundo: "Un Estado civil quita la libertad a quien comete un delito y es declarado culpable por un tribunal, pero no puede quitar la dignidad y atentar contra la salud de los detenidos que se encuentran en las cárceles", dijo Berlusconi durante la rueda de prensa.
Según el primer ministro, la actual situación de las cárceles italianas "ya no es tolerable" y, atención al futuro represivo en Italia en los próximos años: "si en el pasado se han hecho amnistías y se han dado indultos, nosotros queremos crear una situación que dure en el tiempo".
Así lo hizo saber el titular italiano de Justicia, Angelino Alfano, y el presidente del Ejecutivo, Silvio Berlusconi, en una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en el que se aprobó el estado de emergencia, que se mantendrá hasta el 31 de diciembre de 2010, y un nuevo plan para las prisiones del país.
Esa iniciativa prevé obras de ampliación en las cárceles de Italia con las que se construirán nuevos pabellones para elevar la capacidad de las cárceles a 80.000 plazas, así como la disposición del arresto domiciliario para quienes les quede por cumplir sólo un año de condena por un delito no grave.
El plan de cárceles para Italia, promovido por Alfano, contempla además la contratación de 2.000 carceleros.
Sin que se le caería la cara de vergüenza, con toda la caradura del mundo: "Un Estado civil quita la libertad a quien comete un delito y es declarado culpable por un tribunal, pero no puede quitar la dignidad y atentar contra la salud de los detenidos que se encuentran en las cárceles", dijo Berlusconi durante la rueda de prensa.
Según el primer ministro, la actual situación de las cárceles italianas "ya no es tolerable" y, atención al futuro represivo en Italia en los próximos años: "si en el pasado se han hecho amnistías y se han dado indultos, nosotros queremos crear una situación que dure en el tiempo".
En la misma comparecencia ante los medios, tras su primer Consejo de Ministros después de la agresión en Milán que le magulló la nariz, la boca y los dientes, Berlusconi informó de que su Gobierno no prevé una reducción de los impuestos por la crisis económica.
"La actual situación de crisis no permite ninguna posibilidad de reducción de los impuestos".
"La actual situación de crisis no permite ninguna posibilidad de reducción de los impuestos".
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