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Foto. Manifestación pro-amnistía en Vigo, 1917. |
Imprescindible
memoria histórica:
Agosto
de 1917
La
primera huelga general paraliza Vigo durante una semana
La
prensa no salió a las calles de Vigo entre el 13 y el 17 de agosto
de 1917, aún así hubo quien no tuvo reparos en titular el 18 de
agosto "Huelga general fracasada". Nada más lejos de la
realidad. La primera huelga general vivida en España fue un éxito
rotundo aunque dejó 71 muertos, 200 heridos y más de 2000 detenidos
en todo el territorio español.
La
UGT y el PSOE fueron los organizadores de aquella protesta. En
algunos puntos también estuvo respaldada por la CNT. El contexto era
de crisis económica y de guerra mundial, ya que medio mundo se
estaba peleando mientras que España conservaba un papel neutral, que
no impidió que las condiciones laborables fueses cada vez peores.
El
comité de huelga, en donde figuraban Largo Caballero y Juan
Besteiro, fijó para el 13 de agosto la huelga, 3 días después de
que los ferroviarios fueran al paro en todo el Estado.
Vigo
amaneció sin ruido el lunes 13 de agosto. Estaba paralizada. Desde
el puerto, hasta las fábricas de conserva o metalúrgicas. Los
tranvías, no salieron de sus cocheras en As Travesas. No hubo ni pan
fresco ni suministro de leche.
Tras
aquellas primeras horas de desconcierto, el gobernador militar de la
plaza, Manuel Prieto Valero, recibió noticias de Madrid, de que la
huelga se había programado para toda España. Comenzó a tomar
medidas.
Ya
aquella tarde, los soldados del regimiento Murcia, guardias civiles y
marineros del acorazado España, fueron desplegados por los puntos
neurálgicos de la población. Telégrafos, la fábrica de gas, la
estación de ferrocarril, el Banco de España o las cocheras de
tranvías estuvieron controladas por los militares.
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Dibujo. (militar vigila a dos proletarios en la fábrica) |
Estado
de guerra
A
través de un bando del Capitán General de Galicia se decretaba el
estado de guerra y se suspendían las garantías constitucionales, se
prohibía la formación de grupos de más de 3 personas y se obligaba
a los empleados públicos a presentarse en sus puestos. Así mismo,
se prohibían la circulación de vehículos sin salvaconducto
militar.
El
martes 16 salieron los tranvías a las calles pero conducidos por
militares. El suministro de pan y leche se restableció al día
siguiente, pero la actividad fabril de ciudad estaba paralizada.
Mientras tanto, los militares comienzan a detener a destacados
socialistas, como a Enrique H. Botana o Emilio Martínez Garrido.
Lentamente,
comienza a normalizarse la situación a partir del sábado 18, tras
casi una semana de huelga. Ese día, la corporación municipal se
apresura a enviar un telegrama al palacio real, mostrando su adhesión
al Rey.
El
día 19 comienzan a trabajar los estibadores del puerto, que
descargan dos buques, con normalidad. Se anuncia que los metalúrgicos
regresarán al trabajo el lunes 20, mientras que los tranviarios
resisten en huelga. Hasta tal punto que la dirección de la empresa
hace una oferta porque está dispuesta a despedir a quienes no se
reincorporen. Una negociación entre el comité y Ricardo Mella logra
enderezar la situación a partir del 22 de Agosto, sin que hubiese
represalias.
Restablecida
la normalidad, los poderes económicos de la ciudad mostraron su
agradecimiento al Ejército por haberles protegido. La Unión de
Fabricantes de Conservas anunció la entrega de mil pesetas para que
se repartiesen entre los soldados. Además se abrió una suscripción
popular que logró recaudar 13000 pesetas. El 15 de septiembre eran
repartidas entre la tropa, a 8 pesetas, los cabos subieron a quince
pesetas, mientras que los sargentos y demás clase, se llevaron
treinta pesetas.
Cerca
de 100 vigueses fueron detenidos
La
aplicación del estado de guerra conllevó detenciones por el simple
hecho de pertenecer al partido socialista. El castillo del Castro y
la cárcel del palacio de justicia, fueron los centros de detención.
E] juez militar animó a los vigueses a denunciar a quienes se
hubiesen distinguido durante la huelga. Así, el 22 de agosto
requería la presencia de una serie de personas. entre quienes se
encontraba el futuro alcalde Amado Garra y el médico Nicolás Paz.
El
7 de septiembre aún había 67 personas detenidas sin acusaciones
concretas. Botana, Garrido y Julián Estévez no fueron liberados
hasta el 18 de noviembre. Diez personas fueron sometidas a consejo de
guerra, ninguna de ellas era político. El 9 de diciembre hubo una
manifestación en la que dos mil personas pidieron la amnistía para
los detenidos.
Publicado
en la "Voz de Galicia". Extractos.
*Vigo
tenía en 1917 una población inferior a 50.000 personas. En 2014
tiene 300.000