martes, 29 de diciembre de 2009

Terror policial en Valencia contra solidarios y migrantes

Aquí está el Testimonio de uno de los detenidos en la marcha contra el C.I.E., el pasado 19 de diciembre en VALENCIA.

En él relata los malos tratos, vejaciones e insultos racistas sufridos durante la detención, traslado a comisaría y en los calabozos.

Testimonio:
La Brutalidad policial en una protesta por los derechos de los inmigrantes: un venezolano y un argentino fueron arrestados y vejados.

El día 19 de diciembre en Valencia, la Red Estatal en Solidaridad con los Inmigrantes (REDI) y otras organizaciones afines respondieron con una marcha hacia un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) al reporte elaborado por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) que revelaba serios casos de maltrato, condiciones totalmente antihigiénicas, humillantes y torturas contra extranjeros sin papeles en los CIE entre muchas otras formas de abusos y condiciones ilegales ante las leyes internacionales de derechos humanos.
En la marcha participaban tanto españoles como inmigrantes, algunos sin papeles (ilegales nos llaman aquí), marchamos pacíficamente hacia el CIE exitosamente donde nos concentramos y se comenzaron a leer manifiestos condenatorios respecto a la nueva Ley de Extranjería y a los reportes denunciando las torturas y otros abusos en los CIE.
Durante el evento decidí escrachar la institución de dudosa reputación con una pintada, sospechaba que ahí se torturaban personas, y finalmente salí con la certeza, el graffiti solo llego a decir "torturadores", pues alrededor de una decena de policías acudieron inmediatamente para solicitarme documentación y arrestarme, un manifestante venezolano, Jesús Valera Raga (28), me sujeto del brazo ayudándome a resistir pacíficamente el arresto a lo que se sumó una avalancha de activistas separados por un cordón de policías, mi detención pasó a segundo plano cuando pude ver al compañero venezolano tirado en el suelo, boca abajo y a aproximadamente media docena de policías dándole patadas en la cabeza aplastándosela contra el suelo, porrazos, patadas en el cuerpo y toda clase de golpes y agresiones donde pudieran y como pudieran, incluyendo patadas en los testículos. Otros manifestantes fueron atacados por la policía, incluyendo mujeres.
Yo intenté acercarme a Jesús pero los policías me sujetaban fuertemente del cuello y usaban mi bufanda para ahorcarme, en al menos una ocasión llegué a él mientras era brutalmente golpeado pero me retiraron de la misma manera, un policía me dijo que si lo acompañaba a la camioneta traerían a mi compañero rápidamente, yo debía entrar primero y dejarían de golpearlo, pero una vez lo introdujeron la paliza se incrementó contra él, los dos estábamos esposados, yo pedía por favor al policía que dejen de pegarle, y mientras el que estaba con el atrás aplastándolo contra el suelo de la camioneta seguía propinándole golpes a la vez que otro me decía que nadie le estaba pegando, durante el transcurso a la comisaría mi compañero se quejaba del maltrato al que lo sometían.
Cuando llegamos a la comisaría de policía ubicada en la misma manzana del CIE y donde tenía lugar la protesta me bajaron primero de la camioneta y me llevaron hacia el interior del edificio, a Jesús Valera en cambio lo bajaron de la camioneta lo tiraron boca abajo al suelo y continuaron castigándolo físicamente.
Luego me dirigieron a la entrada de una celda en la que ya habían comenzado a cachear al activista venezolano, no podía verlo bien con el tipo de rejas pero ya se notaba su terrible aspecto a causa de las palizas. Una vez los dos en la primera celda, comenzamos a oír gritos insoportables de otro detenido de origen africano y golpes contra algo que se oía como una puerta metálica, luego ingresaron cerca de 4 policías y uno preguntó –vinisteis a una manifestación y ¿no tenéis papeles?- a lo que afirmamos. –¡Qué cojones!- dijo a sus compañeros, estos abandonaron la celda y cerraron la puerta quedando solo Jesús, el policía rubio, de ojos claros, y yo en el otro extremo de la celda, el policía se puso frente a Jesús a una distancia mínima y mientras le recriminaba la dificultad que había puesto al arresto le pegaba fuertes golpes en la cara.
Aunque yo presencié como lo humillaba y lo castigaba quedé paralizado por el miedo, le pedía por favor al policía que deje de golpearlo, me dijo que como no me callara me daba a mi también, seguí pidiéndole pero no intervine, esa fue la manera en la que yo fui fuertemente humillado castigando a mi compañero frente a mi e infundiéndome tal miedo como para no reaccionar ante semejante acto de barbarie, racismo, brutalidad o como pueda llamarse, fui cobarde pero mayor fue la cobardía del policía que golpeaba con la seguridad de impunidad con la que se puede maltratar a un animal, sabiendo que todo recaería sobre un débil y un indefenso por ser extranjero y no tener papeles.
En consecuencia al estado físico de mi compañero este fue trasladado a un centro de salud donde se le inyectó un medicamento por sus dolores y lesiones, a causa del parte medico desfavorable para la policía tuvo lugar una pequeña discusión entre un agente y el médico, a la victima no se le entregó copia de su informe médico.
Cuando Jesús regreso al calabozo, donde ya nos habían trasladado con otros presos él ni siquiera podía hablar claramente, rápidamente se durmió, fue cuando conversando con otros prisioneros me comentaron que habían presenciado como le pegaban a un detenido de origen chino por quejarse de la comida, era el único incidente que me contaron los otros presos considerando que el tiempo máximo en el calabozo que pudieron haber pasado son 72 horas, además también oyeron los gritos del prisionero de origen africano y los míos pidiendo que dejen de golpear a Jesús y la amenaza del policía, presenciaron en sus 72 horas al menos 2 sesiones de golpes asumiendo que oímos los golpes y gritos del africano pero no lo presenciamos.
Los calabozos estaban en muy malas condiciones higiénicas (aunque seguramente en todas las comisarías sea igual), colchones en el suelo, una manta por persona si uno no lograba ocultar la segunda, baño sin jabón, agua únicamente del baño a excepción de una vez al día, desde que fuimos encarcelados.
La incomunicación representaba un problema para todos los detenidos obligados a aceptar abogados de oficio e impidiendo que se intente contactar con uno particular, solo dan la oportunidad de llamar a un abogado particular en caso de que el arrestado lo sepa de memoria o lleve con el su número de teléfono, tampoco se permite hacer una llamada, la policía la hace por uno, en el caso de otro compañero de calabozo, según él intentaron comunicarse con su familia y el teléfono no fue contestado, cuando pidió que repitieran la llamada se negaron diciendo que solo podían hacer una y no habían contestado.
Al día siguiente cuando íbamos a ser trasladados al juzgado una larga fila de policías nos decían comentarios humillantes como "ahí vienen los pobres torturados" a lo que respondí que efectivamente habían golpeado a mi compañero en la celda, uno de ellos dijo entonces "¿de que se quejan?, sabes lo que le hubiesen hecho a tu amigo en Venezuela, Argentina, Bolivia, Ecuador?, y dicen que torturamos!!". Como faltaba una de mis pertenencias pedí que la buscaran antes de firmar la lista de posesiones, cuando las trajeron uno de ellos vio mi palestino (kaffya) y dirigiéndose a los demás pregunto "¿esta no es la ropa de los guarros?"
Una vez en la camioneta que nos trasladaría los policías comenzaron a gritar "Arriba España!", "Viva España" como acostumbran a gritar los mismos fascistas que atacan inmigrantes en las calles o los xenófobos de España 2000, un partido fascista. Mientras éramos trasladados podíamos oír como hablaban de nosotros, entre otras cosas criticaban también la vestimenta del activista de Venezuela por la leyenda antitaurina (contra las corridas de toros) de su camiseta, dejando en evidencia el clima conservador al que están expuestos los detenidos en general.
Fuimos acusados de resistencia a la autoridad, atentado contra la policía y desorden en la vía publica. Un policía tiene una herida cerca del ojo, otro un esguince en la mano y del tercero no hemos sabido. El del esguince evidentemente se ha dañado la mano de tanto golpear a Jesús, y tienen la desfachatez de acusarlo de haberle herido la mano!, seguramente lo agarró de a cabezazos en el puño!, la acusación habla de "pelea" cuando se trató de una decena de policías contra dos personas, cuando destrozaron a trompadas a un extranjero, nos acusan de haber herido a 3 policías cuando muchos de los presentes vieron a un policía histérico revoleando su porra y pegándole incluso a uno de sus compañeros.
Finalizada la audiencia y tras nuestra liberación hasta la celebración del juicio fuimos recibidos por familiares y la abogada colaboradora y activista de la CNT Valencia, Maria Galdon, a los que la policía para intimidar solicitaron documentación. Los organizadores de la protesta han colaborado mucho con nuestra liberación, lo están haciendo en la recolección de pruebas y nos han apoyado en todo momento así como la misma Comisión Española de Ayuda al Extranjero. El compañero de Venezuela y yo ya hemos hecho las denuncias correspondientes y certificado nuevamente el estado de salud esta vez de los 2.

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