Cartel de la Coordinadora Simón Bolivar de Venezuela "¡Libertad Asier Guridi Zaloña!" |
Asier
Guridi Zaloña, preso político vasco prisionero en Venezuela
Detenido
el 20 de septiembre de 2013 en Maracay, preso desde entonces,
escribió esta carta el 21 de octubre sobre las condiciones en las
cárceles de Venezuela.
-44
años de edad, estuvo preso en España de 1992 a 1997. En 2001 se
exilió-
Carta
dirigida a un abogado venezolano solidario
"(…)
Han sido días duros y difíciles, creo que aún más que hace unos
cuantos años atrás, cuando en mi Euskal Herria amada fui víctima
de torturas y privación de libertad por mi tendencia política, por
que ahora, no sólo estoy lejos de mi familia y amigos, si no que la
única familia que tengo aquí, que está totalmente ajena a las
travesías de un perseguido político, le ha caído todo esto de un
solo sablazo, pensando yo, que por estar en tierras de un gobierno
amigo, iba a ser menos estruendoso para ellos. Mi pequeño hijo
venezolano Iban, no podrá borrar de su memoria, pero por mucho
tiempo, el día en que aitatxo lo llevaba a la escuela y unos hombres
venezolanos, no españoles, sino venezolanos como él, le apuntaban
con un arma.
Después
de muchos años en una vida paralela, hace 31 días en el momento que
dejaba a mi Iban en su tercer día de escuela, hubo una detención
por parte de tres individuos un tanto aparatosa pues montaron un show
con las pistolas apuntándome mientras Iban veía todo lo que
ocurría.
Dicha
detención fue ejecutada por el CICPC-INTERPOL y en dos horas me
trasladaban de Maracay a Caracas. Para cuando llegué allí, había
orden de que me entregaran al SEBIN (Servicio Bolivariano de
Inteligencia Nacional) y los agentes actuantes se mostraron muy
decepcionados por tener que dejar su “captura” a otro cuerpo de
seguridad.
Esto
sucedió a las 7 de la mañana y para el medio día ya estaban
entregándome al SEBIN, aunque la entrega oficial no se materializó
hasta pasada las 7 de la tarde (en Venezuela noche). Desde ese día
me encuentro en un “calabozo” de “detención preventiva” o
“de ingresos” sin haber recibido ninguna notificación oficial o
haber sido presentado ante un Juez.
Esta
celda está ubicada dentro de un habitáculo cerrado que se encuentra
dividida en dos espacios, por una parte una sala en la que el médico
examina a presos y detenidos al entrar o salir del centro y por la
otra parte la celda de 7x4 en la que estoy. Dicha celda tiene 6
colchones para dormir, tirados como se puede, en el suelo, he de
decir que en ocasiones hemos habido más de 6 aquí.
El
trato a nivel físico está siendo aceptable, no hay maltrato a ese
nivel, pero resulta ser que la policía venezolana usa un método un
tanto mas jodido que la española... Maltrato psicológico.
Las
condiciones de vida en este recinto son duras y hasta denigrantes, un
irrespeto a la dignidad que todos como personas merecemos.
Desde
el día de la detención estoy en la celda con dos chicos colombianos
a quienes acusan de magnicidio, y cualquier cantidad de personas que
han pasado en todo este tiempo por la pequeña celda.
Nos
sacan a las 7 de la mañana de la celda hasta el baño y siempre nos
apremian para que en 5 minutos, nos duchemos, lavemos los dientes,
afeitemos, y defequemos... en las noches, algunos días, con suerte,
y depende de la buena voluntad de algunos funcionarios, nos sacan los
mismos 5 minutos al baño y siempre con las mismas prisas.
Durante
los primeros 14 días estuve sin evacuar porque imposible hacerlo con
esa presión encima y pues ni que decir, de que hay que orinar en
botellas de agua mineral durante el día, que se sacan sólo en esos
5 minutos que nos llevan al baño en la mañana cada día.
En
la celda hay una cámara de video vigilancia y se supone que estamos
24 horas monitoreados por este medio, en ningún momento del día
apagan las luces de la celda y pues dormir ,no es que sea lo mejor
que pueda hacer en esas condiciones.
Esto
es por mucho más de lo que me imaginaba que sería una detención de
un perseguido político de izquierda en un gobierno revolucionario,
así pues, uno ha tenido que asistir a espectáculos indeseables de
ver como “presionaban” a un recién detenido para cuadrar una
cuantía por la puesta en libertad, ves a presos con la cabeza tapada
por una toalla y atada con cinta de embalaje, ahora mismo hay un
chico norteamericano atado por el exterior a la puerta de la celda
donde me encuentro, lleva 14 días así, amarrado de pies, manos y
cintura, a los barrotes de la celda.
Aparte
de todo eso, para mí lo que me hace más mella, es la constante
“tomadura de pelo” por decir de una manera decente, que me hacen
a mí y a mi familia o con los derechos a comunicación que me
corresponden. El domingo luego de la detención Mariale, logró
ubicarme en este centro, luego de haber viajado de Maracay a Caracas,
sin ninguna información certera de mi estado o de si aún me
encontraba en manos de las autoridades venezolanas.
Al
llegar y luego del “mareo” correspondiente, de que si yo no
estaba allí y cosas por el estilo, le negaron el derecho a verme,
así que no le quedó de otra que intentar ir por un boli y papel a
alguna tienda para dejarme un escrito junto con algunas cosas de uso
personal y comida, agua, pero pude contactar con el director del
centro y éste autorizó la entrada (digamos a manera de favor
personal) a María, Iban y mi cuñado Pablo.
Sólo
nos dejaron estar 1 hora juntos y con alguien vigilándonos. Mariale
había traído libros para mi e Iban me traía una revista de pirritx
eta porrotx (son unos payasos vascos que ve desde peke) para que
según él estuviese contento...La revista por estar en euskera nunca
llegó a mis manos, y un libro muy conocido de la literatura vasca
“kutxidazu bidea isabel” que me trajo Mariale, también lo
confiscaron y me lo entregaron 20 días después (les ha tomado su
tiempo traducirlo).
Mariale
viene dos o tres veces a la semana con Iban de Maracay a Caracas, y
siempre pero siempre le ponen pegas para dejarle verme.
El
siguiente fin de semana, vino con dos de mis cuñados a los que no
dejaron entrar, también le han tocado las pelotas a Xabier Arruti,
amigo personal y miembro de la comunidad vasca en Venezuela, quien a
pesar de estar convaleciente por una grave enfermedad, se tomó la
molestia de hacer mas de 5 horas de viaje para verme y al llegar
aquí, le han dicho primero que no estaba, y luego que habían
cambiado el día de visita, tuvo éste que empezar a hacer algunas
llamadas a conocidos, y a regañadientes le han dejado verme, al
igual que con Mariale, con gente vigilándonos durante toda la
visita.
En
otras ocasiones María no ha conseguido verme, pero le han dicho que
puede dejar cosas con ellos y que me las harán llegar, algunas
frutas, agua, zumos, periódicos, frutos secos, chuches junto con
algún escrito o marrazkiz (dibujos) de Iban y la sorpresa fue que
cuando Mariale al fin pudo entrar, me preguntó si había recibido
eso, y yo me quedé en blanco, al no saber de que me hablaba... Nunca
tuve en mis manos nada de eso... ese fin de semana dije: basta ya de
abusos, pedí a María que se fuera con todo lo que me traía y avisé
a los guardias que me declaraba en huelga de hambre... María marchó
y yo a mi celda, no pasaron 10 minutos, cuando me llevaron a una sala
para hablar al respecto. El comisario que estaba a cargo ese día,
vino a decirme, que no tomara esa actitud, que “hablando” se
solucionan las cosas, yo expuse que mi propósito no era manchar el
nombre del gobierno, pero que el irrespeto y las indignas acciones de
las que era objeto me había llevado al límite... Llamaron a Mariale
a su móvil y le pidieron que regresara, y esta vez se notó un
pequeño cambio en las cosas, por que en la visita inicial, había 5
personas vigilándonos y esta vez solo 1... Ah y ese día apareció
el Libro en Euskera!!
Esa
huelga de hambre que no hice, fue sólo un pequeño puñetazo en la
mesa para reclamar un mínimo de respeto. Para mi está claro, que
estemos donde estemos, los luchadores revolucionarios; difícilmente
vamos a ganar nada en otro ámbito si nos dejamos irrespetar,
humillar y pisar en una detención, aunque estemos detenidos por un
gobierno “amigo”.
Con
lo de la comunicación por llamadas telefónicas, es otro martirio
más, me han dicho que me dejarían hacer tres llamadas semanales,
pero pasan de mí como les da la gana, me ignoran y hasta se ríen en
mi cara cuando pido hacer llamadas, como he dicho antes, todo depende
de la voluntad del guardia de turno, y créeme, buena voluntad como
se dice, tampoco es que abunda aquí
En
31 días he podido hablar una vez con mi madre, dos veces con Mariale
y una vez con mi amigo Mikel de Oñati, todas llamadas vigiladas y
con la presión de que sólo son 3 minutos.
Se
dice que el exiliado termina un poco perdiendo su identidad, sabes
que eres de un lugar, pero hay que amoldarse a la realidad de donde
estás, de principio, no me hacía a la idea de pasar todos estos
años aquí y de sentirme un venezolano euskaldun más, me ha tocado
vivir la muerte de mi hermano pequeño Iban ( por eso mi hijo se
llama así) aquí, enterándome por una esqueela del diario de mi
pueblo que por casualidad vi por internet, cabe destacar que justo
era ese hermano la única persona que sabía que estaba aquí, quien
me apoyaba moral y económicamente y al que me unía un lazo aún más
grande que los de sangre...me ha tocado desde aquí ver como mi madre
sucumbía ante una gran depresión por la pérdida de dos de sus tres
hijos, la irreparable pérdida de mi hermano y mi exilio en tierras
lejanas, al punto de que tuvo que ser ingresada algún tiempo en un
hospital psiquiátrico, he soportado todo eso, por que decidí ser
parte de aquí y me he ido haciendo como he podido, sobre todo por
que he echado raíces aquí y aunque Iban es tan Euskaldun como yo,
es venezolano y he intentado criarle con lo mejor de las dos
culturas.
Cada
año desde casa por internet miraba las fiestas de mi pueblo que
justo empezaban el fin de semana de mi detención y pues éste ha
sido el único año desde que estoy fuera que no he podido ver fotos
de caras conocidas y amigas... han sabido joderme los que me
detuvieron!!
Pero
bueno, el camino es largo y nadie dijo que fácil, es la vida que
escogí vivir, sólo lamento que las personas que amo, se vean
afectadas por esto, hoy estoy detenido en Venezuela, la tierra que
libertó un Vasco, la tierra de mi Hijo, de mi compañera Mariale, y
aún y todo sigo pensando que es la tierra de libertad que pensé que
era cuando llegue aquí.
Me
dijo Mariale mi esposa una vez, que había leído en un libro de
Eduardo Galeano, que en alguna tribu que ahora no recuerdo de donde
era, a los caídos sólo se les reconoce como caídos luego de que,
después de muertos se les cosía la boca, justo en ese momento que
se les cose, empiezan a ser caídos! Así que aunque esté donde esté
y en la situación que esté, mientras pueda seguir pensando y
diciendo lo que pienso y como pienso, jamás me sentiré un caído!!!
Gora
Venezuela, Viva Euskalherria Askatuta!!"
ASIER.
Postal hecha en prisión. (siluetas 6 obreros en una factoría). |
Arte
en prisión.
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