Dibujo. (ante una pila de cadáveres, una fila de policías, y detrás banqueros, militares, iglesia...) |
Ponencia
de hace 21 años sobre Europol, en el clavo.
Documentos
imprescindibles (II de II)
Foro
social contra la cumbre europea celebrada en Madrid en 1995
Ponencia:
La
UE prepara sus instrumentos militares y represivos ante el incremento
de la ingobernabilidad:
La policía europea (Europol)
La policía europea (Europol)
Jueves,
14 de diciembre de 1995, ponente: Juan Manuel Olarieta, miembro de la
Asociación Libre de Abogados de Madrid.
(Viene
de ayer)
“6.
Pero no se queda aquí el espacio judicial europeo. Las expulsiones,
entregas y extradiciones no dejan de ser un engorro. ¿Por qué tiene
que ser juzgada una persona en el lugar donde dicen que ha cometido
su delito? ¿Por qué no juzgarle allí donde se le detenga? Esto se
llama extraterritorialidad y, por supuesto, es propio de los
regímenes coloniales, es decir, de sistemas caracterizados por la
dominación de unos países sobre otros. La extraterritorialidad, por
ejemplo, permite juzgar en España a franceses por delitos cometidos
en Francia y, lo que
es peor, aunque no sean delito en Francia. ¡Como no! La extra territorialidad la introdujo el PSOE en la ley antiterrorista de 1984, aunque sólo para delitos relacionados con las organizaciones armadas revolucionarias que operan en España. Pero en la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1985 esta restricción desaparece y el radio de acción de la extraterritorialidad de la ley penal española se desborda.
Curiosamente, en la legislación española no son extraterritoriales ni los crímenes de guerra, ni los crímenes contra la paz y la humanidad. España que acusaba a Francia de ser un santuario para los refugiados vascos, sin embargo, es un verdadero refugio para todos los criminales de guerra nazis que se han escondido y siguen aquí escondidos y cuya extradición ha sido sistemáticamente negada, pese a la gravedad de los delitos.
Hay que decir algo sobre la fuente inspiradora de todo este tipo de normas. Hay artículos del Convenio Europeo de represión del terrorismo literalmente copiados del Tratado entre la Alemania hitleriana y la Italia de Mussolini de 1942. Por supuesto, que se trató de un Convenio elaborado secretamente y sin ninguna intervención parlamentaria. Del mismo modo. La extraterritorialidad no sólo fue un principio clásico de las viejas potencias imperialistas sino que aparece en el parágrafo segundo del Código Penal hitleriano de 1940 y de ahí pasó a la Ley de Seguridad del Estado española de 1941.
es peor, aunque no sean delito en Francia. ¡Como no! La extra territorialidad la introdujo el PSOE en la ley antiterrorista de 1984, aunque sólo para delitos relacionados con las organizaciones armadas revolucionarias que operan en España. Pero en la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1985 esta restricción desaparece y el radio de acción de la extraterritorialidad de la ley penal española se desborda.
Curiosamente, en la legislación española no son extraterritoriales ni los crímenes de guerra, ni los crímenes contra la paz y la humanidad. España que acusaba a Francia de ser un santuario para los refugiados vascos, sin embargo, es un verdadero refugio para todos los criminales de guerra nazis que se han escondido y siguen aquí escondidos y cuya extradición ha sido sistemáticamente negada, pese a la gravedad de los delitos.
Hay que decir algo sobre la fuente inspiradora de todo este tipo de normas. Hay artículos del Convenio Europeo de represión del terrorismo literalmente copiados del Tratado entre la Alemania hitleriana y la Italia de Mussolini de 1942. Por supuesto, que se trató de un Convenio elaborado secretamente y sin ninguna intervención parlamentaria. Del mismo modo. La extraterritorialidad no sólo fue un principio clásico de las viejas potencias imperialistas sino que aparece en el parágrafo segundo del Código Penal hitleriano de 1940 y de ahí pasó a la Ley de Seguridad del Estado española de 1941.
Foto. Aviones y helicópteros OTAN en vuelo. |
7.
Por decirlo claramente: estamos hablando de la inspiración fascista
del espacio judicial europeo. Finalmente, dada la vocación imperial
de todo esto también tenemos que hacer referencia a las cesiones de
jurisdicción que, ¡oh casualidad!, son competencia de la Audiencia
Nacional.
Las cesiones de jurisdicción, en efecto, son propias de la dominación colonial de unos Estados sobre otros, que se ven obligados a someter sus asuntos internos al “arbitraje” de la potencia protectora. En España hemos conocido este sistema en el Tratado con los Estados Unidos de 1953 por el que se establecieron las primeras bases americanas sobre la península. Pero obviamente un gobierno tan “nacional” como el de aquellos días no lo dejó escrito en el Tratado sino en los acuerdos secretos anexos al mismo, que sólo hace pocas fechas han sido desvelados. Según esa cesión de jurisdicción, los delitos cometidos por los militares americanos (incluso cosas tan nimias como los accidentes de tráfico) en España no podían ser juzgados por los tribunales españoles sino por los propios americanos.
Pues bien, el Estatuto de las tropas de la OTAN (Tratado de Londres de 1951, aprobado por España el 17 de julio de 1987) no es muy diferente de ese sistema imperial. Pero por si no bastara, el Decreto-Ley 17/88 de 13 de junio sobre financiación de las compras de material bélico estadounidense permiten al Ministerio de Hacienda someter a su “arbitraje” las disputas legales e incluso que se resuelvan aplicando la legislación de los Estados Unidos. Y ya sabemos cómo entienden los imperialistas las recomendaciones, consejos y advertencias...
En buen ejemplo de extraterritorialidad lo tuvimos en 1989 cuando los Estados Unidos invadieron Panamá para detener a Noriega, llevarle a su país y juzgarle por un supuesto delito de tráfico de estupefacientes. Noriega jamás había pisado el suelo de los Estados Unidos para traficar con droga, pero eso no importó, como tampoco importó que Noriega fuese Jefe de Estado y, por tanto. legalmente inviolable.
Un segundo ejemplo: el caso de Álvarez Machain. médico mexicano secuestrado en su país en 1992 y entregado en la frontera a agentes de la DEA para ser juzgado en relación con el asesinato de un infiltrado en México. Por supuesto el Tribunal Supremo aplaudió el secuestro de extranjeros en el extranjero para entregarlos a la “ajusticia” estadounidense. Hoy las fronteras no se extienden, pero las jurisdicciones sí: los ejércitos no invaden, pero los tribunales sí. Todo es legal cuando lo hacen los nuestros: ilegal si lo hacen los demás. En suma, lo que ya había dicho aquí Martín Villa en 1978: lo nuestro son errores, lo de los demás son crímenes.
8. Partiendo de aquí hay que exponer una reflexión final: el derecho humanitario se está imponiendo como coartada que legitima las intervenciones imperialistas y la extensión de la jurisdicción interna más allá de las fronteras. En este sentido me manifiesto totalmente contrario a cualquier tipo de intervención imperialista donde quiera que sea bajo la coartada de supuestas “razones humanitarias” que son las que el imperialismo define. detecta y expone por televisión. Por que son siempre los países llamados subdesarrollados los que vulneran (y siempre con inusitada crueldad) los derechos humanos, mientras que son los imperialistas los que se ven “obligados” a protegerlos. Y todo esto se hace en nombre de las Naciones Unidas (convertidas en verdadera marioneta de Estados Unidos) y de una supuesta “comunidad internacional” que manejan un puñado de grandes potencias imperialistas.
En la Guerra del Golfo fue Sadam Hussein el “criminal de guerra” y no el Presidente de los Estados Unidos, que invadió un Estado soberano y bombardeó brutalmente objetivos civiles, asesinando a miles de inocentes. En los Balcanes son Milosevic y Karadzic los malos, y no los imperialistas alemanes que han impuesto el reparto de un país soberano, como Yugoslavia, en esferas de influencia, han armado a los militaristas locales y los han enfrentado hasta el delirio.
Por supuesto, soy absolutamente contrario al tribunal internacional que se ha constituido para juzgar los crímenes de guerra en los Balcanes. No sólo lo considero ilegal sino que lo considero una burda maniobra para esconder las propias responsabilidades de las potencias imperialistas en la matanza de al menos 250.000 yugoslavos y el bombardeo indiscriminado de la población local por aviones de la OTAN.
Las cesiones de jurisdicción, en efecto, son propias de la dominación colonial de unos Estados sobre otros, que se ven obligados a someter sus asuntos internos al “arbitraje” de la potencia protectora. En España hemos conocido este sistema en el Tratado con los Estados Unidos de 1953 por el que se establecieron las primeras bases americanas sobre la península. Pero obviamente un gobierno tan “nacional” como el de aquellos días no lo dejó escrito en el Tratado sino en los acuerdos secretos anexos al mismo, que sólo hace pocas fechas han sido desvelados. Según esa cesión de jurisdicción, los delitos cometidos por los militares americanos (incluso cosas tan nimias como los accidentes de tráfico) en España no podían ser juzgados por los tribunales españoles sino por los propios americanos.
Pues bien, el Estatuto de las tropas de la OTAN (Tratado de Londres de 1951, aprobado por España el 17 de julio de 1987) no es muy diferente de ese sistema imperial. Pero por si no bastara, el Decreto-Ley 17/88 de 13 de junio sobre financiación de las compras de material bélico estadounidense permiten al Ministerio de Hacienda someter a su “arbitraje” las disputas legales e incluso que se resuelvan aplicando la legislación de los Estados Unidos. Y ya sabemos cómo entienden los imperialistas las recomendaciones, consejos y advertencias...
En buen ejemplo de extraterritorialidad lo tuvimos en 1989 cuando los Estados Unidos invadieron Panamá para detener a Noriega, llevarle a su país y juzgarle por un supuesto delito de tráfico de estupefacientes. Noriega jamás había pisado el suelo de los Estados Unidos para traficar con droga, pero eso no importó, como tampoco importó que Noriega fuese Jefe de Estado y, por tanto. legalmente inviolable.
Un segundo ejemplo: el caso de Álvarez Machain. médico mexicano secuestrado en su país en 1992 y entregado en la frontera a agentes de la DEA para ser juzgado en relación con el asesinato de un infiltrado en México. Por supuesto el Tribunal Supremo aplaudió el secuestro de extranjeros en el extranjero para entregarlos a la “ajusticia” estadounidense. Hoy las fronteras no se extienden, pero las jurisdicciones sí: los ejércitos no invaden, pero los tribunales sí. Todo es legal cuando lo hacen los nuestros: ilegal si lo hacen los demás. En suma, lo que ya había dicho aquí Martín Villa en 1978: lo nuestro son errores, lo de los demás son crímenes.
8. Partiendo de aquí hay que exponer una reflexión final: el derecho humanitario se está imponiendo como coartada que legitima las intervenciones imperialistas y la extensión de la jurisdicción interna más allá de las fronteras. En este sentido me manifiesto totalmente contrario a cualquier tipo de intervención imperialista donde quiera que sea bajo la coartada de supuestas “razones humanitarias” que son las que el imperialismo define. detecta y expone por televisión. Por que son siempre los países llamados subdesarrollados los que vulneran (y siempre con inusitada crueldad) los derechos humanos, mientras que son los imperialistas los que se ven “obligados” a protegerlos. Y todo esto se hace en nombre de las Naciones Unidas (convertidas en verdadera marioneta de Estados Unidos) y de una supuesta “comunidad internacional” que manejan un puñado de grandes potencias imperialistas.
En la Guerra del Golfo fue Sadam Hussein el “criminal de guerra” y no el Presidente de los Estados Unidos, que invadió un Estado soberano y bombardeó brutalmente objetivos civiles, asesinando a miles de inocentes. En los Balcanes son Milosevic y Karadzic los malos, y no los imperialistas alemanes que han impuesto el reparto de un país soberano, como Yugoslavia, en esferas de influencia, han armado a los militaristas locales y los han enfrentado hasta el delirio.
Por supuesto, soy absolutamente contrario al tribunal internacional que se ha constituido para juzgar los crímenes de guerra en los Balcanes. No sólo lo considero ilegal sino que lo considero una burda maniobra para esconder las propias responsabilidades de las potencias imperialistas en la matanza de al menos 250.000 yugoslavos y el bombardeo indiscriminado de la población local por aviones de la OTAN.
Dibujo. (un joven señala con el dedo) |
9.
En toda esta superestructura monstruosa que se está levantando
coexisten dos discursos: un discurso formal, tendente a recaudar
legitimación y consenso, que alude al terrorismo, el tráfico de
drogas, la inmigración ilegal o el derecho humanitario. Estas son
las cortadas que justifican las prácticas reales, porque luego se
pone en evidencia que terrorismo son todas las formas de disidencia
política, que las prácticas policiales tienen un irrefrenable
instinto contagioso y expansivo. Como en el poema de Bertold Brecht,
empiezan por el terrorismo, pero eso no es más que el laboratorio en
el que ensayan para después probar sus fórmulas en otros
terrenos.
Se han vertido muchos calificativos para caracterizar esta nueva Europa. Se habla de Estado policial, de Estado autoritario, etc. Yo creo que hay que empezar a hablar de fascismo porque aquí de la democracia no queda más que el voto pasivo cada cuatro años, de modo que, como decía Dimitrov, el fascismo se puede combinar con una burda falsificación del parlamentarismo.
Se viene hablando de xenofobia, del peligro de los cabezas rapadas, cuando hace ya años que los cabezas rapadas dejaron de ser un peligro para transformarse en una realidad. Los cabezas rapadas están a la cabeza de los gobiernos de la UE. Su objetivo es la pacificación en el sentido que le dieron a esta palabra los estadounidenses en Vietnam: imponer su paz y sus derechos humanos que no es otra que la de los cementerios y la del silencio. Tienen que controlar la retaguardia y desarrollar un programa de vigilancia preventiva total sobre la población. Esta es la condición previa para poder desatar su militarismo y su belicismo en el exterior. La guerra de los Balcanes no es más que el preludio de la Tercera Guerra Mundial porque el imperialismo
únicamente puede resolver sus contradicciones por medio de la violencia y de la fuerza. Necesitan paz en el interior para llevarnos a todos como borregos al matadero de una nueva guerra.
Por tanto, el único pacifismo posible es el de impedir la guerra exterior agudizando las contradicciones en el interior, obstaculizar todos sus proyectos contrainsurgentes y denunciar todas sus nuevas formas de expansionismo. Y si la guerra llega a estallar, habrá que hacer todo lo posible para que nuestro bando pierda la guerra, o sea, desertar y volver las bayonetas contra los que nos están embarcando en todas sus aventuras guerreras. No es más que la vieja consigna de que “o la revolución impide la guerra o la guerra desata la revolución”.”
Enlace:
http://nauka.x10host.com/ europol.html
Se han vertido muchos calificativos para caracterizar esta nueva Europa. Se habla de Estado policial, de Estado autoritario, etc. Yo creo que hay que empezar a hablar de fascismo porque aquí de la democracia no queda más que el voto pasivo cada cuatro años, de modo que, como decía Dimitrov, el fascismo se puede combinar con una burda falsificación del parlamentarismo.
Se viene hablando de xenofobia, del peligro de los cabezas rapadas, cuando hace ya años que los cabezas rapadas dejaron de ser un peligro para transformarse en una realidad. Los cabezas rapadas están a la cabeza de los gobiernos de la UE. Su objetivo es la pacificación en el sentido que le dieron a esta palabra los estadounidenses en Vietnam: imponer su paz y sus derechos humanos que no es otra que la de los cementerios y la del silencio. Tienen que controlar la retaguardia y desarrollar un programa de vigilancia preventiva total sobre la población. Esta es la condición previa para poder desatar su militarismo y su belicismo en el exterior. La guerra de los Balcanes no es más que el preludio de la Tercera Guerra Mundial porque el imperialismo
únicamente puede resolver sus contradicciones por medio de la violencia y de la fuerza. Necesitan paz en el interior para llevarnos a todos como borregos al matadero de una nueva guerra.
Por tanto, el único pacifismo posible es el de impedir la guerra exterior agudizando las contradicciones en el interior, obstaculizar todos sus proyectos contrainsurgentes y denunciar todas sus nuevas formas de expansionismo. Y si la guerra llega a estallar, habrá que hacer todo lo posible para que nuestro bando pierda la guerra, o sea, desertar y volver las bayonetas contra los que nos están embarcando en todas sus aventuras guerreras. No es más que la vieja consigna de que “o la revolución impide la guerra o la guerra desata la revolución”.”
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