"Es como las cárceles de las películas. Nos cobran la deuda de inmigrar"
Fumigan con nosotras adentro, no nos dejan salir a la calle o al patio.
Está lleno de cámaras. Son de esas cárceles que he visto yo en las películas con agua sucia por el suelo, cae agua del techo porque, bueno, están en obras. Hay mal olor adentro, hay humedad, estar ahí adentro es [...] pagar el pecado [de los] que hemos venido a España sin documentos, sin papeles, de los que somos inmigrantes. Nos cobran esa deuda de inmigración".
María, ecuatoriana detenida en noviembre de 2007, pasó por el Centro de Internamiento de Aluche. Su testimonio y el de otras 39 personas, recogidos durante los últimos dos años por tres Ong, vertebran un informe en el que se denuncia la existencia de "torturas físicas y psíquicas".
Se habla de hacinamiento, pero también golpes y agresiones, vejaciones, insultos, intimidaciones, de falta de intérpretes para poder comunicarse, de desinformación sobre sus derechos, de celdas 'de castigo'...
Cuando los inmigrantes retenidos en un Centro de Internamiento quieren ir al baño, tienen que gritar para que les abran. No hay puertas en los baños y sí cámaras en el dormitorio... Lo hizo público el Defensor del Pueblo el año pasado y la situación no ha cambiado.
El documento 'Voces desde y contra los Centros de Internamiento de Extranjeros' pone una vez más de manifiesto que los derechos recogidos por ley no se aplican. En el texto, SOS Racismo Madrid, Ferrocarril Clandestino y Médicos del Mundo Madrid indican que en los Centros de Internamiento de inmigrantes -donde los detenidos por no tener 'papeles' pueden pasar, de momento, un máximo de 40 días, hasta que se resuelva su
orden de expulsión- no se rigen por un régimen carcelario, pero tiene un "marcado carácter penitenciario".
Especialmente a partir de medianoche. Las celdas ("tiene barrotes") son cerradas hasta las ocho de la mañana. "Si nos da por ir al baño tenemos que evacuar ahí mismo en fundas, porque no tenemos baños dentro de nuestras celdas. Lo tenemos que hacer todo dentro de las celdas".
'Pedí un asistente social y me pegaron'
Fumigan con nosotras adentro, no nos dejan salir a la calle o al patio.
Está lleno de cámaras. Son de esas cárceles que he visto yo en las películas con agua sucia por el suelo, cae agua del techo porque, bueno, están en obras. Hay mal olor adentro, hay humedad, estar ahí adentro es [...] pagar el pecado [de los] que hemos venido a España sin documentos, sin papeles, de los que somos inmigrantes. Nos cobran esa deuda de inmigración".
María, ecuatoriana detenida en noviembre de 2007, pasó por el Centro de Internamiento de Aluche. Su testimonio y el de otras 39 personas, recogidos durante los últimos dos años por tres Ong, vertebran un informe en el que se denuncia la existencia de "torturas físicas y psíquicas".
Se habla de hacinamiento, pero también golpes y agresiones, vejaciones, insultos, intimidaciones, de falta de intérpretes para poder comunicarse, de desinformación sobre sus derechos, de celdas 'de castigo'...
Cuando los inmigrantes retenidos en un Centro de Internamiento quieren ir al baño, tienen que gritar para que les abran. No hay puertas en los baños y sí cámaras en el dormitorio... Lo hizo público el Defensor del Pueblo el año pasado y la situación no ha cambiado.
El documento 'Voces desde y contra los Centros de Internamiento de Extranjeros' pone una vez más de manifiesto que los derechos recogidos por ley no se aplican. En el texto, SOS Racismo Madrid, Ferrocarril Clandestino y Médicos del Mundo Madrid indican que en los Centros de Internamiento de inmigrantes -donde los detenidos por no tener 'papeles' pueden pasar, de momento, un máximo de 40 días, hasta que se resuelva su
orden de expulsión- no se rigen por un régimen carcelario, pero tiene un "marcado carácter penitenciario".
Especialmente a partir de medianoche. Las celdas ("tiene barrotes") son cerradas hasta las ocho de la mañana. "Si nos da por ir al baño tenemos que evacuar ahí mismo en fundas, porque no tenemos baños dentro de nuestras celdas. Lo tenemos que hacer todo dentro de las celdas".
'Pedí un asistente social y me pegaron'
El informe recoge además que las conductas violentas "se repiten en todo el proceso, tanto en las fases de detención como de internamiento y de expulsión".
"Continué insistiendo en que quería la presencia de un asistente social y la mujer de repente y sin mediar palabra comenzó a pegarme, tanto con la mano como con la porra que llevan. Intenté defenderme como pude, pero otro agente que estaba con ella no intervino en mi ayuda, sino que dejó continuar a su compañera. Posteriormente aparecieron otros cuatro agentes, los cuales no mediaron para poner fin a la paliza, sino que dejaron que la agente terminara", relató Mónica, brasileña detenida en
octubre de 2008.
"Los que agreden son los mismos policías. Lo que yo puedo dar por seguro que si delante de mí tú me tratas mal y tú te quedas parado y callas, tú también eres culpable. Entonces, esos policías, aunque no pegan, también son cómplices. Palabra de Manuel, dominicano, detenido en febrero de 2009.
Otros testimonios apuntan también al trato degradante que reciben por parte de la mayoría del personal ("nos decían que eramos la lacra de la sociedad, que debemos regresar atados como animales a nuestro país"). Y del miedo que rige entre los internos. "También nos tienen amenazados de que, si denunciamos, podemos ir a la cárcel o más rápido ser expulsados", señalaban 30 internas del CIE en una carta en noviembre de
2007.
"Continué insistiendo en que quería la presencia de un asistente social y la mujer de repente y sin mediar palabra comenzó a pegarme, tanto con la mano como con la porra que llevan. Intenté defenderme como pude, pero otro agente que estaba con ella no intervino en mi ayuda, sino que dejó continuar a su compañera. Posteriormente aparecieron otros cuatro agentes, los cuales no mediaron para poner fin a la paliza, sino que dejaron que la agente terminara", relató Mónica, brasileña detenida en
octubre de 2008.
"Los que agreden son los mismos policías. Lo que yo puedo dar por seguro que si delante de mí tú me tratas mal y tú te quedas parado y callas, tú también eres culpable. Entonces, esos policías, aunque no pegan, también son cómplices. Palabra de Manuel, dominicano, detenido en febrero de 2009.
Otros testimonios apuntan también al trato degradante que reciben por parte de la mayoría del personal ("nos decían que eramos la lacra de la sociedad, que debemos regresar atados como animales a nuestro país"). Y del miedo que rige entre los internos. "También nos tienen amenazados de que, si denunciamos, podemos ir a la cárcel o más rápido ser expulsados", señalaban 30 internas del CIE en una carta en noviembre de
2007.
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