lunes, 2 de noviembre de 2009

FASCISTAS con cara de conejo

FATXAS CON CARA DE CONEJO
Jon Odriozola

Periodista y escritor

Sigue el gauleiter Rodolfo Ares su cruzada contra las fotos de prisioneros políticos, que, como hijos del pueblo que son, a él sirven de un modo u otro. Y no se sirven de él, como dice este vividor de la «política», que sabe que es mentira pero vive de ello, de la mentira.


No me gusta personificar en un paniaguado la política general de un gobierno, pero sádicos y psicópatas como este individuo son peligrosos amén de meritorios del palo y tentetieso u hostia que te crió.
Digo que dijo este infame sujeto, que pasará a la historia (con minúscula) como lo que es, un vendeobreros, un arribista, un vendido al capital que tiene el tupé de llamarse «socialista» ensuciando la memoria de, por ejemplo, un Facundo Perezagua y otros luchadores que acababan en la cárcel por luchar contra el capitalismo y defender los intereses de la clase obrera y no como ahora, que los capos del sindicalismo, con excepciones, viven y son aparatos del Estado y de traicionar a los trabajadores (dirán que son otros tiempos, más «modernos» y «evolucionados»), dice -digo- este fulano que ¿se imaginan que en Berlín se vieran en sus paredes fotos de nazis?

Lo dice para justificar que se quiten fotos de «terroristas» (un concepto, el de «terrorista», que ni siquiera está definido en Derecho) en los pueblos de Euskal Herria. Y, abunda este Fouché redivivo, porque ello -como si le importara algo- ofende a las «víctimas del terrorismo».

Dejando de lado que, para mí, no hay más víctimas que las del terrorismo... del Estado capitalista y, por supuesto, las víctimas que son consecuencia de este terrorismo de Estado por parte de quien se defiende de ese monopolio de la violencia que dijera Max Weber y tanto gusta a un filonazi como Joseba Arregi, un caso freudiano por esquizofrénico que sublima su desdoblamiento de personalidad atacando -y gritando como energúmeno- la razón de su, y lo sabe, sinrazón por unos minutos de vanidad y de efímera gloria.

Lo que no dice, digo, Ares, este lacayo del capital, aparte de no mencionar la cantidad de calles españolas (y navarras) con nombres de fascistas y, también aparte, de equiparar de forma insidiosa y vertiendo tósigo a sabiendas, o sea, como un vulgar puta (o puto), a nazis con patriotas vascos y antifascistas, y sin pedir perdón por la infamia hecha a los familiares de Txiki, lo que desacredita ya del todo a este sayón, es que la Alemania nazi fue derrotada (gracias a la URSS, mayormente) y, posteriormente, sus jerifaltes tuvieron un juicio en Nüremberg, donde algunos fueron ajusticiados.
¿Cuándo ha habido un Nüremberg en el Estado español que juzgara y pidiera cuentas a la dictadura criminal franquista? Jamás. Por eso no se ven fotos de nazis en sus calles. Y por eso aquí se ven fotos de patriotas, o que así los ven muchos y no pocos, que son el síntoma de que aquí, lejos de haber habido un Nüremberg impensable, no se ha resuelto un problema político que habría ahorrado tanto sufrimiento.

O faltan ganas o hay inepcia o interesa que esto siga. La pelota siempre estará en el tejado del Estado.

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